Los polos de “T”, los de Junior, los trajes de solapa corta de la doctora Melfi en esos colores que hablan de los 90 y del Loewe de los 60, en ese despacho maravilloso, templo sin reloj, en el que sólo hay que saber que es de día. En este sitio, Tony despliega su sonrisa y su mirada esquiva, ambos gestos de niño.
Los mismos gestos que hacen que me olvide de si existe ética y me centre en el personaje y en toda esa estética de planos sencillos. Él no es malo, es sólo un niño.
Y éste, creo que es el componente máximo para enamorarse sin remedio (que no locamente) de un hombre, ése y otros motivos de los que no hablaremos aquí, porque en este espacio se habla de sensaciones, estética, indumentaria, moda y por lo general de cosas que se alejan de lo práctico y se acercan a lo que creo que es belleza.

De todos los personajes de la serie «Los Soprano», Ralph es con el que tengo una tensión muy complicada, me da rechazo inmediato casi todo en él, su pelo, expresiones, esa agresividad inconsciente. Claro que por otro lado están sus looks, sus jerséis de pura lana, sus camisas y esos zapatos, a veces ingleses, a veces italianos. Las combinaciones más arriesgadas, dentro de un look formal, que he visto en mucho tiempo (no penséis en Furio, lo suyo no es riesgo, se llama Versace post Gianni). Y cuando digo arriesgadas, quiero decir de las de verdad, no riesgo estudiado de revista de moda masculina. Cuánto se agradece de este personaje la falta de obviedad en el vestir, contrastes maravillosos, y tanta tensión en las combinaciones como conmigo.
Y luego está June, ese tío que a todos nos hubiese gustado tener. Este personaje define lo que mi compañero de vida dice de este tipo de hombres, sería algo así como un auténtico SEÑOR (vamos a obviar lo de que se dedique al negocio de “los residuos”). Los mejores polos de la serie y de la televisión desde que empezara a emitirse hasta hoy en día, son los del tito Junior. Antes lo del polo era cosa de de Cary Grant y de Elvis, bueno y Picasso. Esto me recuerda cómo llevaba Presley las camisas de manga corta, con lo complicadas que son y el mal uso que se les da. Pero estábamos hablando de June, y de que nadie más en ningún sitio se ha ganado el podio de llevar los mejores polos de los últimos 20 años. El tío de Tony se los maneja de punto ingles de algodón, punto de arroz del pequeñito, en un tono, en dos, fit 30, 40, 50´s, tapeta corta, media y larga, sin canalé en el bajo, con él, y superpuesto. Sublime amigas y amigos.

En fin, que ha llegado a mi vida 20 años después de que fuese presentada, fuera de su tiempo, y precisamente partiendo de esto y de criterios universales, creo que es perfecta. No sólo en el arte y el vestuario, también en los personajes y “T” como eje que equilibra y sostiene casi todos los capítulos.
Hay un poco de él en todos los hombres, aunque no todos los hombres tienen sus trajes de lana fría y sus camisas (no vamos a meternos en criterios de gusto, aquí hablo de presencia y calidad). De igual forma que cualquier hombre puede pensarse que un polo es un básico fácil de llevar, sin darse cuenta que un polo le queda a cualquiera, pero que un hombre tiene que ser persona y personaje para hacer que esta prenda, quede perfecta.
Gracias Bentura, mi niño grande, por regalarme “Los Soprano” y ese maravilloso «Woke Up This Morning» de Alabama 3. Es y será una de las mejores obras que estoy disfrutando.