Creo firmemente en que era bastante peor persona la que le cortaba el pelo a John Denver, que la que le elegía las camisas ( Ya le gustaría a Gucci poder combinar raso de seda rojo con dragones dorados sin parecer Cavalli o un experimento de ello, y a mí Gucci y los dragones lo más, pero John y su estilista sin parangón) que él era mejor porque decidió no perder nunca ese mix perfecto de tener cara de “soy el más malo de la guardería” y “si me das un M-16 puedo hacer desaparecer tus problemas o que parezca un accidente” cosa que además dicen es cierta, porque una cosa es tener cara de bueno, otra serlo y otra poder hacer lo que te de la gana, y John era de esos, de esos y de los que llevaba camisas de estampados Liberty con acabados de ganchillo y no tenía ni que defenderlo.
En cualquier caso, lo que tengo claro es que esta canción es maravillosa, dulce desde el segundo uno, y puro amor desde que suena el primer estribillo “ese gran desconocido”. Y realmente y para ser sincera lo único que quiero hoy es a John en este video y estar en esa cabaña en algún punto de lo que llaman la España despoblada, sentada con una cerveza, patatas fritas y pepinillos, estos últimos en mayor proporción, mirando como te haces un cigarro Jorge Bentura, sin saber en mi piel lo que es ponerme tonta cuando oigo “Country roads, take me home, To the place I belong…”